Vida, Salud y Bienestar
>> jueves, 21 de agosto de 2008
“La verdadera temperancia nos enseña a abstenernos por completo de todo lo perjudicial y a usar cuerdamente lo que es saludable. Pocos son los que comprenden debidamente lo que es saludable. Pocos son los que comprenden debidamente la influencia que sus hábitos relativos a la alimentación ejercen sobre la salud, su carácter, su utilidad en el mundo y su destino eterno. El apetito debe sujetarse siempre a las facultades morales e intelectuales. El cuerpo debe servir a la mente, y no la mente al cuerpo." Patriarcas y Profetas, 605